martes, 28 de enero de 2014

La Gran Guerra: Libros para un triste aniversario


Conocida como 'La Gran Guerra' por sus devastadoras consecuencias para Europa y por haber envuelto a casi todo el continente en la contienda, este año 2014 celebra su primer centenario. Comenzó el verano de 1914 y terminó en noviembre de 1918; dura como ninguna antes conocida, cruel con la población en general y criminal para unos soldados que apenas sí conocían todas las armas en juego en este enfrentamiento, la I Guerra Mundial fue sin duda una carnicería. Los datos así lo avalan: 9 millones de combatientes muertos, un millón de ellos durante los primeros cinco meses; hambre; epidemias; migraciones forzadas, y cuatro imperios desaparecidos. Incluso quienes ganaron la guerra, Francia y Gran Bretaña, la perdieron: acumularon más de dos millones de muertos y terminaron endeudados. Durante los cuatro años que duró, Europa fue el hervidero de los nacionalismos que la humanidad soportaría a duras penas en los años treinta y su paz solo sirvió para fomentar el odio entre los perdidos, especialmente los alemanes. Teniendo en cuenta que de los lodos de la I Guerra Mundial surgieron los barros de la II gran guerra, hay preguntas por contestar tales como ¿qué es lo que sucedió para que un problema local en los Balcanes adquiriera una relevancia mundial? ¿Pudo el conflicto haber ido en otra dirección? ¿Por qué el internacionalismo proletario no frenó los nacionalismos? Y lo peor, como ya apuntan algunos expertos, ¿se parece el mundo del 1914 a este de 2014?
Para conmemorar este negro centenario y conocer un conflicto bélico que marcó desgraciadamente al continente europeo pero que no ha merecido tanta atención literaria ni cinematográfica como su sucesora de 1939, aparecen nuevas ediciones y reediciones interesantes para despejar dudas y aclarar conceptos. Aquí traemos algunas propuestas interesantes en cuento a ensayos, sin olvidar algunas novelas más que interesantes para adentrarnos en una guerra tan romántica como cruel. 
  • El historiador Christopher Clark, autor de Los sonámbulos (Galaxia Gutenberg), uno de los libros más esperados sobre el tema, sostiene que la cultura occidental ve en el pasado “los ecos de sus propias preocupaciones”. De ahí que este aniversario retumbe con especial y fuerza, no sólo por la redonda cifra que recuerda sino por la desazón que ese siglo ha dejado tras de sí. A juzgar por la profusión de literatura revisionista –que no divulgativa- todo apunta hacia un asunto: hay que dotar de nuevo sentido el conocimiento que ya se posee; acaso actualizarlo, convertirlo en vacuna.
  • Uno de los primeros libros editados en ocasión el centenario ha sido De la paz a la guerra (Turner, 2013), de la historiadora y catedrática de la Universidad de Oxford Margaret MacMillan, bisnieta del premier británico David Lloyd George. La historiadora se centra en el inicio de la contienda: las causas, la red de alianzas, los tratados, las razones que convirtieron el conflicto en el mayor estallido armado hasta el momento. ¿Su tesis? La guerra pudo evitarse. 
  • Otro de los títulos que ha tenido un recibimiento entusiasta ha sido 1914, el año de la catástrofe (Crítica, 2013), del periodista y escritor especialista en la Segunda Guerra Mundial Max Hastings, quien se centra en esta oportunidad en documentar la Gran Guerra a través de testimonios de quienes participaron en ella. Hastings se basa en los resultados de las investigaciones más recientes para profundizar en los orígenes, los planes y la dirección del conflicto. Narra los combates y revive la experiencia humana de quienes participaron en la guerra.
  • Pero hay un libro que abarca todo el conflicto: 1914 a 1918 La historia de la Primera Guerra Mundial de David Stevenson (Debate, 2013). Su detallada información ha propiciado que haya sido aclamado como el mejor libro sobre el conflicto. Su traducción llega una década tarde. Además de las cuestiones militares, sus 900 páginas dan una amplia referencia sobre los aspectos económicos del conflicto.Con Stevenson se recupera la cuestión de las culpas compartidas. Considera que el estallido de la guerra fue consecuencia del temor de los estados europeos a perder su estatus de gran potencia.
  • Como testimonio de primera mano, aunque desde la neutralidad española, La Esfera de los Libros ha reeditado Crónica de la guerra europea. 1914-1918, del valenciano Vicente Blasco Ibáñez, aunque esta es una edición abreviada del original, que llega de la mano de José Manuel Lechado. Exiliado en Francia en esa época, Blasco Ibáñez fue testigo directo del conflicto y narrador de excepción de una contienda de la que se decía que "iba a acabar con todas las guerras". Concebida en varios volúmenes, con estilo periodístico y ninguneada durante el franquismo por su carácter claramente antialemán, constituye hoy un testimonio único en español sobre este acontecimiento, minucioso, completo, detallado y, sobre todo, muy personal. 
  • Los cañones de agosto, de Barbara Tuchman (RBA, 2012). La versión original de este libro data de 1962 y, desde entonces, se ha convertido en un gran clásico sobre el tema. Tuchman presenta aquí su narración de lo que fue el primer mes de la Primera Guerra Mundial y sus antecedentes.
  • El miedo, de Gabriel Chevallier (Acantilado, 2009). Se editó por primera vez en 1939 y ha sido una
    de las obras más antibelicistas de la literatura. Su título alude realmente al sentimiento que azota al protagonista, un joven de 19 años que no entiende qué hace en la guerra, por qué está desperdiciando su juventud y su vida y para qué de tanto sufrimiento. Y ese sentimiento se reconoce en las descripciones llenas de crudeza, que no son para nada exageradas ni inventadas, porque nada podría superar en horror esa realidad de: miembros troceados, cadáveres en serie, personas aterradas, el enfrentarse a la noche que esconde lo desconocido y la muerte, una desolación abrumadora, un decorado siniestro, el horror de aquellos bombardeos, el pánico, la vuelta a primera línea, la amenaza de muerte. 
  • Johnny cogió su fusil es la gran novela antibelicista por excelencia. Publicada por primera vez en 1939, la historia de Dalton Trumbo sobre un joven soldado americano terriblemente dañado durante la Primera Guerra Mundial tras una violenta explosión -sobrevive sin brazos, sin piernas, sin rostro pero con la mente intacta- fue un éxito inmediato. Y más cuando en 1971 el propio autor dirigió la película del mismo nombre. Esta conmovedora novela marcó
    un punto y aparte para muchos americanos que crecieron con la Segunda Guerra Mundial y se convirtió en la novela antisistema más popular de la era de Vietnam. Actualmente vuelve a ser de gran actualidad. 
  • La caída de los gigantes, de Ken Follet. La primera parte de la trilogía The Century del best seller británico, aún inconclusa, es un exponente de los entresijos políticos, económicos y diplomáticos que antecedieron al estallido de la guerra y da ideas, aunque de forma mucho más relajada -entre culebrón familiar y culebrón personal- de los acontecimientos que dieron al traste con las ilusiones de millones de europeos en un siglo que ya comenzó de forma convulsa. El horror en el frente y los pequeños motivos y esperanzas de sus soldados abundan en una novela de ficción bien documentada en cuanto a hechos históricos, documentales y geográficos.  

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