Ya octagenario, el periodista y escritor
norteamericano Tom Wolfe (conocido en el mundo del periodismo por su impulso al
llamado en la prensa anglosajona ‘nuevo periodismo’, como una renovación del
estilo periodista con los métodos del novelista) publica ahora su cuarta
novela, titulada en español ‘Bloody Miami’ (Anagrama, 2013). Como ya acostumbra en su prosa de ficción,
Wolfe disecciona fría, irónica y críticamente la ciudad de Miami, su sociedad y
los grupos que la componen, como hizo ya hace más de treinta años con la Nueva
York decadente pero fascinante en su novela más conocida, ‘La hoguera de las
vanidades’. Más tardes, hizo lo mismo con una Atlanta en ebullición por la
vorágine constructora previa a la celebración de los Juegos Olímpicos. Mientras
que en ‘Soy Charlotte Simmons’ analizaba de manera brutal la Universidad
estadounidense y sus problemas.
Sin embargo, ahora Wolfe viaja a Miami para pintarla
con unos tonos vivos y enormes contrastes. En esta ocasión el escritor ha
optado por una novela de corte coral, con personajes diferentes pero con un
punto en común: la ciudad que fluye en sus vidas. En sus palabras encontramos a
un joven policía cubano que cree que se comporta con heroísmo al salvar a un
presunto perseguido por el castrismo; la novia que lo abandona para liarse con
un psiquiatra de pacotilla para quien trabaja como enfermera; un paciente de
este, un millonario adicto a la pornografía que ostenta el récord mundial de
masturbaciones en un día; un joven periodista que busca la gran historia que lo
consagre; su despistado director, que no sabe muy bien dónde se está metiendo;
un inversor ruso en arte cuya fortuna tiene origen dudoso… y muchos más.
Miami se presenta aquí
como una ciudad, que pese a ser norteamericana, está dominada por cubanos, por
sus costumbres y hasta por su lengua, el español. Y su relato, como acostumbra
a hacer este veterano del periodismo, provoca a todos con su peculiar estilo,
plagado de admiraciones, onomatopeyas, cursivas... Tanto que obliga al lector a
hacer un esfuerzo intelectual para no quedar atrapado en sus artificios
estilísticos y avanzar en la trama al comienzo de la novela. Pero una vez
pasado el trago, vale la pena su lectura. Crítica, irónica, ilustrativa como
pocas y, sobre todo, divertida, ‘Bloody Miami’ es una buena recomendación para
aquellos que buscan entretenerse con la lectura y empaparse del estilo de un
buen novelista y de su incisivo sistema de analizar la realidad de las ciudades
que le rodean.