miércoles, 5 de junio de 2013

El nuevo Príncipe de las Letras se llama Muñoz Molina

Ya es oficial. El ensayista y novelista andaluz Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1957) es el ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013, tras desbancar a otro serio candidato en las quinielas, el talentoso pero poco conocido irlandés John Banville. Ahora, el escritor andaluz está destinado a sustituir a uno de los pesos pesados de la letras americanas, Philip Roth, que dejará su reinado este año. Muy conocido entre los lectores españoles, Muñoz Molina empezó su carrera en los años 80, cuando era un funcionario de provincias, licenciado en Historia del Arte y que sacó un libro que recopilaba sus artículos en Diario de Granada. Pero no fue hasta que apareció su novela 'Beatus ille' (1986), gestada durante años y descubierta por Pere Gimferrer, que comenzó su fulgurante carrera literaria e identificó sus temas y atributos: la historia más o menos reciente de España como tema, la violencia como motor narrativo, cierto romanticismo melancólico en el tono... 'El jinete polaco', 'Beltenebros' y 'El invierno en Lisboa', sus otras novelas tempranas, vinieron a completar la idea que aún los lectores se hace de la escritura de Antonio Muñoz Molina.
Pero, la lista de obras del jiennense es extensa y a lo largo de los años se ha ido ampliando con otras como 'Plenilunio' o 'Sefarad' e incluso entró en la Real Academia en 1995, con 41 años. No obstante, antes, ya había recibido los premios de la Crítica, Nacional de Narrativa y el Planeta, y después recibió el Jerusalén, la dirección del Cervantes de Nueva York y los 'honoris causa' de varias universidades españolas. Su obra está bien traducida y es muy considerada en inglés y francés y su nombre ha alcanzado popularidad gracias a su larga colaboración con el diario 'El País',
Y todo hasta llegar a su última publicación, que precisamente supone una recolección de ensayos sobre la situación actual, 'Todo lo que era sólido' (Seix Barral, 2013). Es este un ensayo directo y apasionado, una reflexión narrativa y testimonial, siguiendo la estela de los ensayos de George Orwell o de Virginia Woolf. Y es además una propuesta de acción concreta y entusiasta para avanzar desde el actual deterioro económico, político y social hacia la realidad que queremos construir. Partiendo tanto de documentos periodísticos como de la tradición literaria, Muñoz Molina escribe esgrimiendo razón y respeto, sin eludir verdades por amargas que estas sean, porque saber es el único camino para cambiar las cosas.
'Todo lo que era sólido' es un espejo en el que se refleja la realidad actual, libre de las sogas de las ideologías, creencias o residencias; es una llamada para que reaccionemos a lo que nos rodea desde nuestras posibilidades personales y para que contagiemos con nuestro ejemplo una responsabilidad cívica que, según la apuesta del jiennense, debe ser exigida a los gobernantes. En definitiva, toda una declaración de intensiones desde el más clásico estilo ensayístico de la mano del nuevo Príncipe de las letras.