miércoles, 10 de abril de 2013

Dos mujeres, dos ciudades y una historia trepidante

Casi cuatro años después de su segundo gran éxito literario, vuelve con fuerza uno de los escritores españoles más seguidos y admirados del panorama actual de las letras. Con más de siete millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y una multitud de premios a sus espaldas por las aclamadas 'La catedral del mar' y 'La mano de Fátima', el catalán Ildefonso Falcones irrumpe en el mercado literario con su nueva y esperada novela, La reina descalza (editorial Grijalbo, 22.90€), y lo hace directamente entre los tres primeros puestos de libros más vendidos en apenas un mes en las librerías. Con esta nueva novela, Falcones hace viajar al lector a dos de las más importantes ciudades en la España de mediados del siglo XVIII, Sevilla y Madrid, y lo hace de la mano de dos mujeres, diferentes pero unidas por sus circunstancias vitales y tremendamente apasionadas.
Es esta una historia de amistad y de pasiones, pero también lo es de traiciones, venganza y, sobre todo, de injusticias. De hecho, la novela recrea en su primera parte la Sevilla del XVIII, una ciudad llena de vida, pero también de miseria y que pretende mantener el estatus de principal núcleo económico que mantuvo durante los dos anteriores siglos, sin conseguirlo. Las dos protagonistas unen sus destinos en esta ciudad difícil, que será testigo también de su primera separación.
Caridad, Cachita, es una esclava negra traída de Cuba que consigue su libertad tras el fallecimiento de su amo durante la travesía marítima desde Cuba a Cádiz. Libre de su yugo, su nueva circunstancia no le hará feliz, sino que, por el contrario, sufrirá los mismos o más abusos y humillaciones que soportaba siendo esclava desde niña, pero en una ciudad para ella desconocida, como Sevilla.Sin embrago, de forma casual y casi providencial, el patriarca gitano Melchor Vega, que ha conseguido sobrevivir a las galeras, aparece en su vida para ayudarla.
Milagros Carmona, la nieta de Melchor, por su parte, es una joven gitana de Triana cuya familia se dedica al contrabando de tabaco y a decir la buenaventura. Desde pequeña se le ha inculcado su amor por su raza y por lo que va unido implícitamente a ella: la libertad, lo que le forjará un carácter indomable que le obligará a rebelarse contra las propias tradiciones de su raza y contra las leyes españolas. Obligada a comprometerse con un hombre al que no ama y enamorada de un joven de la familia rival a la suya, se opondrá a la decisión con todas sus fuerzas.
Entre ambas mujeres crece una relación de amistad sana, con el respeto y la confianza por bandera, pero que no sobrevivirá a los nefastos acontecimientos del 31 de julio de 1749, cuando el obispo de Oviedo y presidente del Consejo de Castilla, y el marqués de la Ensenada, ordenan una redada contra los gitanos de toda España, enviando las tropas reales y encarcelando a alrededor de 12.000 hombres, mujer y niños sin pruebas para enjuiciarles. Los caminos de ambas se separan y la narración de Falcones irá entonces mezclando alternativamente las peripecias y desventuras de cada una de las mujeres.
Lo más interesante de la novela es, sin duda, que con un estilo rápido y eficaz consigue sumir al lector en la recreación de una etapa de la historia en la que España, pese al intento de intelectuales y europeos por apostar por la razón, sigue asfixiadas por prejuicios históricos, fundamentalismo religioso y demasiadas supersticiones. Y entre todo ello, la descripción de un pueblo que se rebela contra el destino que los demás escriben por ellos y que consigue resistir y mantener sus costumbres hasta la actualidad. De hecho, el mundo apasionado y místico del flamenco impregna la narración, sobre todo, de las zonas más tradicionales de Triana, uno de los feudos andaluces de los gitanos. Y todo ello, con la brillantez propia de la prosa de Falcones, incapaz de hacer aburrir a los lectores, pese a los cambios de escenarios físicos y de historias contadas.




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